miércoles, 5 de octubre de 2011

A Valquiria. (Mi hermana de dos sangres)

Te esperé bajo la noche, abrigado por el tráfico y su ruido de piedra; en esta Buenos Aires desnuda al tiempo.

De vez en cuando, atravezaba al viento con verbos inexactos, esperando me oigas en tu máquina anacrónica, cubierta de rosas, descalza; dejando huellas en vez de vacuas tardes color lila...

(... de pronto un poco de brisa.)

Risas, todo esta felicidad contenida en los labios peatonales, regresando a casa o perdiendose tras las cortinas de la noche. Como sea, los veo, los esculpo en pocos versos. Gente hablando del ¨no se que¨ y del ¨no se cuantos¨...

(de pasado el tiempo, he quedado mimetizado con el devenir citadino)

- ¡Ya lo se¡ -

No existen estúpidas máquinas del tiempo, vale. Entonces ... ¿Qué diantres son los recuerdos?

Estos manuscritos hechos escuálidos latidos silenciosos esperando emigrar tras la argenta luna, dejando libros a medio leer en banquitos de plazuelas (por no caber ya en mi valija)...

No te preocupes... bien se que no llegarás, no puedes. Sino en una oración, en un deseo intrañable de hablar conmigo, susurrada por el aire que acuna mis sueños. En ese - tu tímido color de piel desapercibido en las noches sin luna- ... mi pequeña hermana morena, en culla piel llevas el agrado del sol y en ese par de ojos; espero ... la luz eterna de la cruz.

no te extraño... te entraño.

Brau (escrito en la hoja vieja de un diario bonaerense) lundi 9 mars 2009, 22:17

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