miércoles, 5 de octubre de 2011

el deleite exacto de mi alma...

Mi vida solía ser sencilla y tranquila. Con aires de revolución siempre en mis latidos, en mis manos, en fin.. en mis pensamientos. El deleite exacto de mi alma se encontrava en el mortal acto de recorrer la vista en las lineas ordenadas de algún libro, pues si, por que me encanta la lectura.

Pero, ahora, ya no se. Quizá Capote tenga ciarta razón:
“Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo: y el látigo es únicamente para autoflagelarse”.

Prefiero la versión del capítulo 25 de Mateo el Evangelista.

Bueno, ¡ya veré!
total..

Hoy es un buen día para sembrar..


(samedi 9 janvier 2010)

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