Dentro de una semana de seguro ya habras olvidado tu rabia en uno de los banquitos del parque, tu irónica mirada que todo lo enamora a su paso yacera marchita en el suelo adoquinado por la piedra labada por las ultimas lluvias de este año. Hace cuanto no te veo dormir, con esa paz que tan solo tu ensierras en tus manos, como cuando tu respiración me arrullaba a la par que las olas del mar, como cuando tu silencio me hablava por horas y yo disfrutaba de tan onírica tertulia, mientras la luna urgaba en tu meceser.
Y tu ausencia,
y esta mimetizada tristeza,
Y mi precencia,
y las tan tuyas palabras que callas...
. .... si esas, que eran para mi.
Dentro de dos semanas yo ya te habré dicho mirandote fijamente a los pechos, que tengo tan pocas ganas de abrasarte con estos brazos que tantas espaladas han abrazado de malagana... que en vez de eso, prefiero llevarte a caminar mientras atardece para ver al rio bostezar, a la primera estrella asomarce timida en el firmamento incediado de naranjas y rosas, y quedarnos asi, si asi lo prefieres, sentados en el mismo banquito donde olvidaste tu rabia y abrazarnos quiza.
