viernes, 11 de abril de 2008

Cartas adrianicas...

Cartas para Adriana

Días de renuncias los que estoy viviendo, hoy por ejemplo renuncio al tratar de entenderte, al querer comprenderte a manera de definición de diccionario, como un concepto ya masticado: ¡Que asco! Y es que en este liquido amor tan mío, como lo que aun no tengo, me ayo honesto como sol, como muerte, quizá como errabundo literario que depende aun de prosas sanas y nada borgianas, para no quedar cautivado. De escribir un poco, primero dirigiéndome a ti, pero a ese tu que necesita de mi tan solo por obligación impuesta, por recuerdo imputado, valla a saber Dios, si por Dios... y es que desde aquella tarde (por que pese a la casi semana que te vi) lo mas vivido (por ser condescendiente conmigo mismo) que recuerdo es ¨ esa tarde ¨ donde se hizo noche y no nos besamos por que teníamos seguramente muchas ganas de besarnos.

A ese primer tu al que deseo decirle con vehemencia vangoghnica y paciencia brahmánica (esa la de Siddhartha) que me espere hasta que llegue a ti con mi trajecito estúpido de príncipe azul el cual debe ser XXL (por que a la verdad que me queda inmenso, innecesario) para a si siquiera sustentar el sentimiento onírico, las palabras bonitas, los poemas crucificados, aquellos pocos colores que solo tu y yo sabemos ver.

Pero luego ...

De ser pretexto, me anudaría
A tus labios pequeños,
Para hacer de mis defectos
Aquellos bellos monolitos
Que por pechos tienes.

De ser suspiro,
Compleja y nada llanamente
Dejaría que me exhales
De tus dos fosas nasales,
Desde muy adentro
Con sangre, moco y lagrima.


... a ese segundo tu, que es mas una dama en posición de rezo, (quizá como en El Ángelus de Millet, quizá como en El Ángelus de Dalí) le digo que habrá los ojos pero sin dejar de rezar, que no se trague con hambre antropófago que esto del amor a distancia es un anacronismo, un vulgar eufemismo, algo que solo sucede en el papel delgado que sostiene las líneas bíblicas ( y adrede, cuanto me hubiera encantado escribirte El Cantar de los Cantares), pero que bajo ningún motivo es empresa fácil, resultado de cruce de brazos, de cientos de siestas. Ergo este amor será parido o abortado (por que ya ha sido gestado) con sudores (en caso de ser parido), con cojones reventados, en tu caso, con ovarios bien ceñidos.


Pero soy postexto, y me
Desato de tu rojaiju
De este viseral ¨te extraño¨
De ese doloroso ¨te quiero¨.

Pero soy respiro,
Neuma: no en su acepción
Espíritu, sino viento,
Para recorrerte entera...

.. Aun axilas,
aun orejas,
aun tus veinte dedos.



Y estas líneas que olor a tereré lleva, que sabor a ¨ tal vez ¨ me deja, de seguro pudiera dirigirme a un tercer tu, a una trilógica Adriana, pero ni siquiera lo intentare, por que no valdría el intento, ya que no se que decir, y no es que me quede en blanco, (pues entonces gritaría, como suelo hacerlo cuando así me sucede) mas bien deseo dejarte como quien deja a la amada en el lecho envuelta en sabanas, para tomar distancia y verla dormir bellamente, encerrando tanta paz que hasta hiere, que hasta atrapa ... para siempre.

No hay comentarios: