martes, 16 de octubre de 2007

Ojas de apio...

Perfumes abrazaditos en hilos de lana, son la ruta perfecta para traer a la memoria europas saturnianas que ya no giran enrededor de su planeta, mas ahora orbitan gravidas rodeando cada uno de tus dos tobillos de marmol y seda. Danzantes astros que aletargan nuestra velada improvisada, en medio de minutos en los cuales nos entregamos al silencio y aveces a la modorra gastada en nuestros cuerpos tumbados en azules sillones, aquellos que aguantan tambien nuestras miradas. Y ¿quien habra que sepa descifrar tan encriptada gesticularidad que encierras?; quiza si Champollion viviera; pero no.. tan solo me queda conformarme con escuchar Me and Mrs. Jones interpretada por Michael Bublé a la par que imagino como seria un campo de amapolas sembrado en tu ombligo menguante. Entre tanto letargo, quise subir quiza los desciveles de nuestra conversacion silenciosa y preferí cambiar a James Morrison y a su ya tan tocada You give me something, vano intento; atiné yo despues de reclamar respuestas a preguntas por demas inverosimiles, tanto como elefantes blancos, peruanos poliglotas, y europeos con sentido del humor (perdonenme estos ultimos, quiza sea dificil igualar el sabor y el ¨azucar¨de un latino). Es una pena que no sepamos que hacer con las ojas de apio, ¡vaya desperdicio!, almenos la pasamos bien con el arroz con platano, que tranquilidad que se logra al almorzar contigo. Y al final del dia, sembrarme en tu cama, hacia el sur de tus pies cabijados por mi sombra, es casi la cumbre, superado tan solo por decir casi muscitando entre fervientes labios: Dios, por favor, cuida de sus sueños....

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