La chica del alma tatuada
lleva por sonrisa
una luna menguante:
En sus gestos entreleo a Bukowski.
Llueve.
Y digo llueve.
Cada vez que paso
por su trabajo
la veo sirviendo mesas.
Y es allí que le haría el amor
sobre una mesa.
Por que en esa luna llueve
sin miedo a mojarse
y mientras todos miran Tv
en sus estúpidas casas
Yo camino por las calles
y digo llueve
llueve...
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